sábado, 10 de marzo de 2012



Llega ese momento en que todo a tu alrededor se nubla. Los edificios que antes se apreciaban con tanta nitidez pierden ahora el volumen y la profundidad. Apenas son peceptibles los colores, todo es prácticamente negro, gris o blanco.Tu mente vaga por un lugar muy distante a la realidad, y tus fuerzas desaparecen, de súbito. No hay tiempo para reaccionar. Recibes un golpe, pero no a la piel que te protege de los microbios, sino a una interior, una que no somos capaces de ver y en la que están impresos todos nuestros sentimientos.Intentas recuperarte, y buscar apoyo en alguien cercano. Pero estás totalmente solo. Y, de repente, el corazón te palpita a mil por hora. “¿Qué sucede?” Te preguntas incrédulo. Miles de imágenes emergen, generando una especie de película con un triste final.Y al verlo, recobras el sentido, todo vuelve a tu cabeza, incluida esa frase que pasaste a detestar nada más oírla: “Ha muerto…” 

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